lunes, 23 de marzo de 2009

1.CONFLICTO INTERSUBJETIVO DE INTERESES Y EL PROCESO.

Sociabilidad y Perfectibilidad.
Comprender la dialéctica del fenómeno conflictual es condición necesaria para valorar y dimensionar el proceso como realidad socio – jurídica (Velloso Alvarado, A. 2006). Miremos nuestro entorno y encontraremos un sin número de circunstancia donde producto de motivaciones fijamos ciertos intereses que otros optan por contradecir; como los ejemplos expuestos al inicio del capítulo. Si hurgamos en la historia, son evidentes el choque de intereses contrapuesto, al punto que algunos plantean que los humanos somos una especie de accidente biológico (Mayr, Ernest 1995 p ), toda vez que hemos sido los únicos seres vivos en este planeta que han utilizado su transcurrir en este espacio vital para destruirse entres sí, a las otras especies y de paso, acabar con el ambiente que lo rodea, sustentados en hacer valer sus motivaciones e intereses, producto de su acción racional.
Sin embargo, los seres humanos somos proclives a ser sociables; esta conducta implica un conjunto de motivaciones para convivir en grupos, con el objeto encontrar medios y respuestas que permitan satisfacer sus necesidades vitales.
Davis S. y Palladino J. (2000) conceptúan la motivación como los factores fisiológicos y psicológicos que explican la activación, la dirección y la persistencia del comportamiento; agregan los citados que ésta presenta tres aspectos: 1. Los factores o estados motivacionales que provocan el comportamiento, 2. El o los objetivos deseados y 3. Las razones por la cual deseamos alcanzarlos, con diversos niveles de intensidad en el comportamiento; la conjunción de estos tres elementos permean la estructuración de un plan metódico para lograr el objetivo, mediando una acción racional.
Los especialistas en la materia han desarrollado diversas teorías para explicar el fenómeno motivacional, las cuales pueden ser agrupadas en tres grandes tendencias; en primer lugar, los que pretenden ubicar el origen de ésta en aspectos biológicos (Ardrey R. 1966); en segundo lugar, los que lo ubican en aspectos cognitivos (Eliot A. J. y Devine, P. G. 1994); y en tercer lugar, los que sostienen la simbiosis de los dos elementos anteriores; éste es el caso de los planteamientos teóricos de Abrahan Maslow(1970), el cual desarrolla un nuevo paradigma sobre el fenómeno motivacional, en donde interrelaciona los dos aspectos anteriores. Para ello, jerarquiza las necesidades en una estructura piramidal con cinco niveles: Fisiológico, seguridad, afiliación, reconocimiento y autorrealización.
Desde el escalón básico que plantea Maslow A. hasta el más alto se produce un proceso de interrelación entre estos ámbitos. Las necesidades fisiológicas, hambre y sed serán resueltas con una vinculación con su entorno. Cuando el ser humano tiene ya cubiertas estas necesidades empieza a preocuparse por la seguridad de que las va a seguir teniendo cubiertas en el futuro y por la seguridad frente a cualquier daño. Una vez que el individuo se siente físicamente seguro, empieza a buscar la aceptación social; quiere identificarse y compartir las aficiones de un grupo social y quiere que este grupo lo acepte como miembro. Cuando el individuo está integrado en grupos sociales empieza a sentir la necesidad de obtener prestigio, éxito, alabanza de los demás. Finalmente, los individuos que tienen cubiertos todos estos escalones, llegan a la culminación y desean sentir que están dando de sí todo lo que pueden, desean crear.
Los seres humanos debemos atender el proceso de intervinculación de lo individual y lo colectivo. Así en cada nivel la satisfacción de las necesidades humanas están íntimamente ligadas a ese proceso de sociabilidad con los otros seres de su especie y su entorno mediando una acción racional. Este proceso no siempre es de naturaleza armónica; tiene etapas de conflictos donde el interés individual pretende primar sobre el colectivo y viceversa.
La raíz de esa conflictividad emerge de una característica específica del Género Humano, que en su momento expusiera Rousseau, J.J. (1999) al advertir que el aspecto que marca la diferencia entre los seres humanos y las otras especies es la denominada "perfectibilidad", aludiendo a la capacidad de la que estamos dotados para someternos a un proceso vital de perfeccionamiento, somos capaces de construir nuestra libertad jugarnos el pellejo alejándonos del programa guiador del instinto natural; a diferencia del resto de las especies, los cuales son guiados por las fuerzas de la naturaleza, del cual no pueden distanciarse, inhibiéndose de hacer su libertad. Esta especificidad es la que permite entre los seres humanos esa diversidad de intereses y motivaciones, esa multiplicidad de visiones del mundo, esa cohabitación de proyectos libertarios, ese rompimiento permanente con lo natural, originando enfrentamientos, pugnas, diferencias con los otros seres y su entorno, con una evidente capacidad de causar daño y de convertirlo en un proyecto; por ello afirmará el Newton del mundo moral que en el hombre la voluntad habla cuando calla la naturaleza.

Interés.
¿Qué podemos entender por interés? En un sentido amplio, el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (2002) determinada que el concepto interés proviene de la palabra latina interesse, la cual se conforma de dos vocablos ínter (entre) esse (estar), de lo que devine en estar entre. Define el sustantivo bajo varios significados: lo determina como provecho, utilidad, ganancia; como el valor de algo; como el lucro producido por el capital; o como la inclinación del ánimo hacia un objeto, una persona, una narración, etc. y como la conveniencia o beneficio en el orden moral o material.
Es notario que este concepto no es unívoco; es decir, le acceden varios significados; sin embargo, lo que resalta es el elemento de intermediación entre un sujeto (individual o colectivo) y el objeto (persona, animal o cosa); para lo cual se origina una acción racional sobre el objeto.
El concepto de interés a nivel de la Ontología implica un ejercicio especulativo del sujeto a fin de determinar su inclinación hacia un determinado objeto o fin; gira en torno a la satisfacción que vinculamos a la representación de la existencia, porque expresa la representación de la existencia de un objeto o de una acción (Habermas J (1982 p. 201). El interés tiene como meta la existencia porque expresa una relación del objeto del interés con nuestra facultad apetitiva. Es decir, que el interés presupone una necesidad o genera una necesidad.
Desde esta perspectiva, la noción de interés implica una serie de elementos, como bien lo anota Hernández Martínez, María del Pilar (1997), en primer lugar, está la entificación; es decir la determinación de un sujeto, cierto o ficticio, ya sea persona natural o jurídica, sobre el recae la acción valorativo con respecto al objeto. En segundo lugar, la necesidad; es decir la existencia de una carencia o un motivo subyacente generador de la necesidad. En tercer lugar, la vinculación relacional; la cual hace referencia la inclinación volitiva, expresada en un juicio de afirmación sobre la ventaja que puede originar el objeto; por último, es el objeto o bien considerado apropiado para satisfacer la necesidad.
A modo de conclusión, el concepto interés, en sentido general, es el resultado de la acción racional del sujeto (colectivo o individual) por la cual considera que determinado objeto (persona, cosa u situación) puede satisfacer una necesidad o impedir que ésta pueda surgir.

El Conflicto.
La emergencia de una pluralidad motivaciones e intereses pueden generar conflictos. Al respecto, el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua(2002) lo define como: Combate, lucha, pelea, enfrentamiento armado, apuro, situación desgraciada y de difícil salida, problema, cuestión, materia de discusión, coexistencia de tendencias contradictorias en el individuo, capaces de generar angustia y trastornos neuróticos.
De lo expuesto, se puede colegir la vinculación de este concepto con una patología social, con un contenido de experiencias negativas; a lo que debemos preguntarnos, ¿Siempre el conflicto degenera en una experiencia negativa? ¿Siempre a de implicar una experiencia destructiva?; Si responde afirmativamente serías ubicado en visión tradicional; la cual ha sido superado por análisis integrales del fenómeno.
Al respecto, Wehr P. (2002) lo conceptúa como una situación en la cual los actores -personas, grupos, organizaciones, gobiernos- adoptan una conducta de oposición contra otros(as) para alcanzar metas que ellos(as) consideran incompatibles con respecto a las metas de los otros(as), o simplemente para expresar hostilidad.
Resaltan en esta noción; en primer lugar, los sujetos sobre los cuales recaerá la acción conflictual, se destaca que puede ser cualquier tipo de persona, en su más amplio sentido de la palabra, con la necesaria concomitancia de más de dos actores. En segundo lugar, la situación conflictual emerge por la oposición de intereses de los actores que emergen de su acción racional; en tercer lugar, estas oposiciones pueden estar sustentadas en el Derecho, en la razón o simplemente en función del poder.
Con respecto al primero de los elementos, la situación conflictual sólo puede surgir entre personas, ya sean: naturales o jurídicas; las cuales, mediante su acción racional, identifican y determinan sus intereses y necesidades originando un pretensión; para luego, estructurar un plan metódico para alcanzar sus fines; los objetivos y métodos pueden estar en contraposiciones con otros actores de la sociales; e inclusive pueden generar situaciones conflictuales a nivel subjetivos
En segundo elemento, se destaca por esa etapa en la generación del hecho conflictual caracterizada por la emergencia de la oposición de intereses discordantes y en oposición; por un lado, con respecto personas, objetos etc. sobre las cuales han recaído la entificación de satisfacer una necesidad, por parte de los actores; y, por otro lado, en relación al método utilizado para obtener el resultado deseado.
El tercer elemento recae sobre las razones que justifican el accionar de los sujetos involucrados.
Sin embargo, es importe considerar lo referente a la naturaleza del hecho conflictual, la cual gira en torno a un proceso (Robbins, S. 1994), toda vez que las acciones suceden por etapas, en forma dialéctica. En efecto, a una pretensión puede acaecer una satisfacción de la contraparte o una resistencia; pero no se reduce a esa dicotomía. La emergencia de una pretensión se da en un contexto producto de una percepción o juicio valorativo racional de la urgencia de satisfacerle, esta valoración permite al sujeto establecer el interés, en la formación de éste confluyen una serie de creencias, ideas, opiniones, costumbres, las cuales dependiendo del grado de influencia que le ejercen pudieran incidir en inhibir el plantear la pretensión o de lo contrario incidir en su proposición; inclusive esta pudieran indicarle al sujeto la no pertinencia; sin embargo, el sujeto pudiera considerar todo lo contrario. Esta fase previa al conflicto es vital para comprender su dinámica; pues es la fase en que se fija el interés y sus expectativas, es la fase donde los factores subjetivos y objetivos están inmersos en una lucha a fin de poder determinar la emergencia de la pretensión. Pero luego que se elige proponer la pretensión a la otra parte, se inicia otra etapa, en esta el sujeto que recibe la proposición ejerce una actividad racional a fin de analizar la pretensión propuesta de conformidad con ciertos parámetros, nuevamente las ideas, los valores, las costumbres entran en la escena, repitiéndose en mismo proceso que acaeció en el proponente de la pretensión; éste si decide acceder, por cualquier causa a la pretensión se inhibe el conflicto; sin embargo, lo vital es que se dio un proceso comunicacional que abrió el espacio para esa actividad constructora de un ambiente social de diálogo; pero no siempre ese proceso se da entre iguales y sin la influencia de una serie de factores que pudieran afectar el proceso comunicacional.